Si algo sé, si algo escribo, si algo
surge de entre líneas, si algo percibo, si algo logra envolver y adornar con regalo
y aliento este camino, si algo existe más allá de un verso, una coma o un
destino, de papel, un destino de papel; si algo siento, si algo no lamento, si
algo surge de entre líneas, de entre vocales torcidas, de entre riñas, si algo encuentro,
si algo alcanzo a imaginar, o si ya imagino, si la verdad de mis sombras pretendo,
si algo guardo en mis bolsillos, de papel, en mis bolsillos vacíos de papel.
Si algo sé, si algo escribo, maestro,
es por usted.
Fragmentos de nube, colores cálidos que
salpican de hielo la mañana, amores rotos que salpican de hielo mis entrañas,
rachas de viento azul, enjambres que lastiman con mil aguijones, que causan
dolor, un tibio dolor, banderas quebradas en el horizonte, sonrisas quebradas
sobre el mantel desgarrado de la mesa, abrazos reconfortantes que empapan con
su sangre la mañana, sueños rotos que renuevan con su sangre mis entrañas, añicos
de conciencia, de poesía, de una vida que cojea, fragmentos de nube, la mirada
fija y espeluznante de una mentira, destellos cálidos de un sol que entristece
mi ventana, banderas quebradas en su vientre. Y más.
Si algo sé, si algo escribo, si algo brota
nuevo de entre líneas, si algo nace hoy desprovisto de abrigo, si algo a la
locura consigue arrebatar su delirio, si algo reside más allá de un verso, un
punto o un adjetivo, de papel, un adjetivo de papel; si algo experimento, si de
algo no me arrepiento, si algo nace puro y sencillo de entre líneas, de entre
consonantes heridas, de entre riñas, si algo anhelo, si algo se desliza cabal
entre suspiros, si así lo imagino, si la certeza que ocultan mis miedos
pretendo, si algo guardo en mis bolsillos, de papel, en mis bolsillos raídos de
papel.
Si algo sé, si algo escribo, maestro,
es por usted. Si algo aprendí, don Aurelio, fue por usted.