Anduvo partiendo
nueces, cras catacrás, esta muela vieja, esta mula vieja, anduvo partiendo
nueces, y no pocas veces, y ahora, al primer turrón, se ha partido en dos. Esta
muela vieja se ha perdido en Navidad, cras catacrás, se ha quedado sin turrón,
se ha quedado sin nieve, sin belén y sin los bueyes, se ha quedado sin comer un
polvorón, sin hojaldres, sin vino y sin roscón. Anduvo partiendo nueces, cras
catacrás, esta muela vieja, esta mula vieja, anduvo partiendo nueces, y no muy
pocas veces, esta muela navideña, antes tan risueña, tan guasona, tan pendona, y
ahora tan triste y melancolona. Esta muela vieja se ha partido en dos, cras
catacrás.
La muela navideña
tiene dueña. Es una señora alta y muy lista, melenuda, con tacón y sonrisera, y
ahora la cabeza se le ha hinchado como un globo por culpa de la muela puñetera,
que se ha partido en dos, cras catacrás, con un trozo de turrón, del turrón de
Navidad, del primero que a la boca se llevó, cras catacrás, qué tragedia, qué
traición. Al armario se han marchado, de sus manos escaparon, todos, ni uno
sólo se ha quedado. Al armario se han marchado y bajo llave están, de su
alcance escaparon y a buen recaudo están, polvorones, hojaldres, mazapanes y
champán. Esta muela vieja, esta mula vieja, cras catacrás, le ha partido en dos
la Navidad.
La señora alta y
muy lista tiene un amigo dentista. Lo ha llamado y le ha contado que tiene un
problema grande, ande o no ande, y le ha pedido que venga a su casa, que el
dolor no se le pasa. “Hola, mi amor, yo soy tu lobo”, le ha dicho el dentista
al llegar. “Déjate de guasas, bobo, que tengo la cabeza como un globo.” Cras
catacrás, esta muela vieja se ha partido, cras catacrás, esta mula vieja se ha
morido. Con un trozo de turrón, del turrón de Navidad, del primero que ha encontrado
en un cajón, cras catacrás, qué tragedia, qué follón. Y el dentista, encima, se
quedó sin cotillón. Por culpa de esta muela vieja que anduvo partiendo nueces
Navidad tras Navidad, nueces y más nueces, almendras otras veces, que anduvo partiendo
nueces, cras catacrás, y no muy pocas veces, cras catacrás, esta muela
navideña, antes tan risueña, tan burlona y socarrona, y ahora tan triste y
depresona, que anduvo cascando nueces, cras catacrás, hasta cascarse ella y
cascar la Navidad.